En este contexto, los Salesianos continúan intentando que la vida de los menores que atienden sea lo más normal posible en un escenario rodeado de violencia, sin agua, sin apenas luz y con escasez de comida.
La violencia que vive Siria comenzó en marzo de 2011 y, lejos de ver el final, se ha recrudecido en los últimos meses al defender cada contendiente con mayor virulencia sus posiciones. Alejandro León, misionero salesiano en Siria, y en la actualidad ecónomo de la Inspectoría de Medio Oriente, aclara que “no es una guerra civil, es una guerra ente dos ejércitos, uno el sirio y otro formado por muchas nacionalidades, más de 80, con muchas fuerzas pero también con muchos intereses”.
Los Salesianos en las tres presencias salesianas en Siria (Alepo, Damasco y Kafroun) han tenido que vivir situaciones durísimas, “como cuando un niño que esperaba un autobús para venir a nuestra obra fue asesinado por un misil, o cuando dos jóvenes animadores y su madre murieron en su casa durante un bombardeo”, recuerda Alejandro.
El misionero salesiano confirma que lo más difícil es “convivir y gestionar el dolor a diario, cuándo te preguntan los menores por qué ocurre eso al perder a su mejor amigo o a un familiar”.
En Siria, reconoce Alejandro, “cada miembro de una familia tiene muertos a los que llorar y el problema es que no se puede sufrir siempre y todo con la misma intensidad, con el tiempo se va relativizando todo, pero hay algo que no cambia, y es el dolor, que puede generar venganza”.
Sin embargo los misioneros salesianos destacan que en estos años de guerra “hemos visto muchas bendiciones y muchos milagros: es una paradoja, pero es así, porque la guerra ha conseguido lo que no habíamos logrado los misioneros antes; una fe inquebrantable en los jóvenes. La guerra ha destruido corazones y la humanidad de muchos, pero otros muchos han descubierto una verdadera fe ante la que hay que descubrirse”.
La conclusión de los Salesianos es que “en Siria se está jugando una partida de ajedrez ynosotros somos los peones que tontamente nos matamos unos a otros mientras que a los que están fuera sólo les importa el resultado final”.
Misiones Salesianas