(ANS – New York) – El lunes 21 de octubre en la Sede de las Naciones Unidas en Nueva York, se llevó a cabo un evento titulado «Jóvenes y Migración», que presentó la contribución salesiana sobre el tema. También estuvo presente el Card. Oscar Andrés Rodríguez Maradiaga, SDB.
Tras dar la bienvenida a los participantes, el Presidente del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas (ECOSOC), Néstor Osorio, presentó el tema de la migración y la importancia de tener colaboradores en la sociedad civil, como los salesianos. A continuación, el padre Thomas Brennan, SDB, Consejero de ECOSOC, dio las gracias al Excmo. Osorio e instó a los participantes no solo a debatir sobre la migración, sino a abordar abiertamente los problemas que esta conlleva.
Presentes para la ocasión, Mons. Francis Assisi Chullikatt, Observador Permanente de la Santa Sede en las Naciones Unidas y la honorable Mary E. Flores, Representante Permanente de Honduras, país que ha patrocinado el evento, junto con Colombia y los Salesianos.
Don Juan Carlos Quirarte, SDB, Director de la Asociación Desarrollo Juvenil del Norte en Ciudad Juárez, México, luego habló de la realidad de los jóvenes que viven en la frontera entre México y los EE.UU., y presentó algunas de las iniciativas desarrolladas por los salesianos, presentes en seis ciudades fronterizas.
El discurso central estaba encargado al cardenal Rodríguez Maradiaga, SDB, arzobispo de Tegucigalpa, presidente de Caritas Internationalis y del Consejo de Cardenales. Después de reconocer el importante trabajo realizado por las Naciones Unidas sobre el tema de la migración, el cardenal citó al Rector Mayor de los Salesianos, afirmando la necesidad de ver a los inmigrantes «no tanto como un problema, sino como un recurso, y no solo desde la perspectiva económica, sino como un recurso humano».
El cardenal Rodríguez Maradiaga explicó que la respuesta de Don Bosco a los jóvenes inmigrantes es la misma que los salesianos ofrecen todavía hoy:
- un lugar seguro para vivir, proporcionando refugio, alimentación y un clima familiar;
- formación en competencias para preparar el mundo del trabajo y para mantenerlos alejados de la delincuencia;
- oportunidades para el tiempo libre y el desarrollo de habilidades artísticas;
- la formación religiosa/espiritual.
«Hacemos un llamado a ellos para ofrecerles un hogar, una escuela, una parroquia y un lugar donde los jóvenes puedan encontrarse y compartir sus vidas como amigos», sintetizó, subrayando la importancia de esta multidimensionalidad.
El Cardenal elogió la presencia en la sala de los jóvenes, animándoles a trabajar en sus comunidades para cambiar las mentes y los corazones de las personas y a acoger a los migrantes en su medio.
El evento es visible en Internet a través de un webcast.