Mi saludo de buenos días de hoy quiere ser un reconocimiento y homenaje a nuestras Hermanas las Hijas de María Auxiliadora. Cada 5 de agosto es un gran día de fiesta.
Aquel 5 de agosto de 1872 nace el Instituto de las Hijas de María Auxiliadora. En presencia del Obispo de Acqui, de Don Bosco, de Don Pestarino y otros sacerdotes, 11 novicias, entre ellas María Mazzarello, hicieron su profesión religiosa.
Don Bosco les dijo: “vosotras, ahora, pertenecéis a una familia religiosa que es toda de María; sois pocas, desprovistas de medios y no sostenidas por la aprobación humana. Nada os turbe. Las cosas cambiarán pronto…Yo puedo aseguraros che el Instituto tendrá un gran porvenir si os manteneis sencillas, pobres y sacrificadas” (como se lee en la Cronohistoria del Instituto de las Hijas de María Auxiliadora).
Escribo estas líneas porque en este cinco de agosto, dentro de unas horas, celebraremos juntos la acción de gracias, como cada año en este día, por la vida del Instituto y de las Hermanas, por la vida y vocación de cada una de ellas y, en ellas, la Misión Salesiana entre las jóvenes y los jóvenes.
Aprovecho el momento para deciros, Hermanas, en nombre de toda la familia salesiana, amigos del carisma salesiano y jóvenes del mundo: ¡Gracias!, ¡muchas gracias queridas Hermanas por el don de vuestra vida y de vuestra vocación! Gracias por vuestra entrega y donación. Gracias por vuestro testimonio de vida. Que sigáis siendo tan Hijas de María Auxiliadora como lo fue Maín.
Que el Señor y la Auxiliadora, de quienes sois hijas predilectas, os bendigan.
Un abrazo. Angel F. Artime – Rector Mayor.