(ANS – Montevideo) – Con motivo del Bicentenario del Nacimiento de Don Bosco en 2015, la Familia Salesiana de Uruguay comenzó a preparar los festejos de este gran acontecimiento, los cuales tienen el lema “Creemos en los jóvenes”.Todas las obras encomendadas a la Familia Salesiana en el Uruguay, 32 en total, fueron visitadas por una antorcha cuyo fuego representaba el “Espíritu Salesiano”, buscando renovar la presencia en cada lugar.
La antorcha llegó a las periferias existenciales y geográficas como lo pidió el Papa Francisco el año pasado, renovando el entusiasmo pastoral en cada comunidad y propagando la alegría de ser cristianos a los vecinos y curiosos que presenciaron el paso de la llama. Los integrantes de cada comunidad trasladaron la antorcha hasta la siguiente estación. La posta anduvo a caballo en Sarandí del Yí, paseó en canoa en Treinta y Tres, y fue portada a pie por jóvenes y ancianos en casi todo su recorrido.
En cada punto del Uruguay por donde pasó la antorcha, las comunidades locales prepararon una celebración de recepción, que varió según las características del lugar y de sus integrantes. De esta forma, la llegada del “Espíritu Salesiano” fue una buena excusa para reunir a la comunidad educativa y pastoral de cada casa en torno a un momento de oración, de fiesta, de reflexión y de celebración de la Eucaristía.
La llama fue encendida en el Instituto Superior Salesiano (ISS), en el marco de un encuentro de Consulta de Pastoral Vocacional y llegó a su primera estación el 14 de mayo en el Colegio Maturana, para partir hacia Juan Lacaze al día siguiente.
El 16 de mayo, la antorcha entró a Paysandú en manos de jóvenes que corrieron varios kilómetros haciendo la posta. “La verdad que fue un orgullo vivir esa experiencia de llevar a Don Bosco en llama viva. Toda la mañana estuve entusiasmada, muy ansiosa de esperarla, de correr tras la llama y pasarla como posta. La verdad que fue un orgullo y tengo el corazón encendido y con mucho amor”, comentó Lucía Sarli, joven de Paysandú.
El 24 de mayo, la posta visitó el Colegio Pío (primer casa salesiana en Uruguay) donde fue recibida por los alumnos y jóvenes de la pastoral. “En el Pío, como en otras casas la posta nos hizo mover, ir al encuentro de los otros. Nos ‘rompió’ los esquemas y los tiempos…” comentó María José Solari, de dicha comunidad.
El 25 de mayo la Posta del Bicentenario hizo su último recorrido, acompañando la imagen de la Virgen en la tradicional procesión por Avenida Lezica, para celebrar la fiesta patronal de María Auxiliadora. Luego de llegar al Santuario, se celebró la Eucaristía presidida por el Arzobispo, Mons. Daniel Sturla, SDB.
“¿Saben una cosa? – dijo Mons. Daniel durante su homilía– esa antorcha ha recorrido todas las casas salesianas del Uruguay: de los Salesianos, de las Hijas de María Auxiliadora y también de laicos que mantienen encendida la llama, como en Casa Lunas donde estuvo también la antorcha. Pero esta antorcha también podría haber salido fuera de fronteras, desde el Uruguay al mundo. Porque el ‘Espíritu Salesiano’ del Uruguay también ha cruzado fronteras, desde que Luis Lasagna enviaba desde esta misma iglesia, misioneros para toda América”.
Como culminaciónde esta celebración, se encendió una vela con el fuego de la antorcha, que estuvo presente en el altar junto a la imagen de la Virgen. Esa primera vela ayudó a encender las de los fieles, que se la llevaron como recordatorio del encargo de transmitir la fe y la espiritualidad salesiana a las personas de su entorno.