No es la fiesta de los Magos de Oriente. Es la EPIFANÍA DEL SEÑOR, la manifestación del Hijo de Dios a todos los pueblos, y no solo a uno. Es hermoso sentir que se trata de un ANUNCIO DE UNIVERSALIDAD. Dios nos Ama a todos y nos Salva a todos. EN ÉL, TODOS SOMOS ELEGIDOS.
Me parece muy profundo este significado y seguramente que muchos de nosotros lo meditaremos un poco en el día de hoy.
Pero quiero añadir algo más ¿Quién de nosotros no recuerda con tremenda emoción, casi con ese nerviosismo que hacía más corta esa noche, la espera para saber qué nos dejaban los Magos de Oriente como respuesta a nuestros deseos, -si es que habíamos sido buenos-…?
Y pensando en nosotros, adultos, me pregunto ¿Qué le pedimos a los Reyes Magos en este momento de nuestra vida…?
¿Qué añora el corazón de cada uno? ¿qué añora mi corazón, tu corazón…?
¿Cuáles son esos deseos más profundos que solo uno mismo conoce…?
Me parece bonito e importante, y ¿saben por qué…? Porque en momentos así, quizá ante una pregunta inocente como ésta, pero que uno se hace a sí mismo, ES DONDE RESUENAN EN EL PROPIO CORAZÓN LAS MÁS AUTÉNTICAS VERDADES DE CADA UNO.
Hoy mi invitación es la de hacer un viaje al propio corazón y descubrir qué es lo que de verdad añoramos, deseamos…, y qué podemos hacer, o dejar de hacer, para ello.
Hoy mi invitación es la de un ‘sereno viaje a nuestro interior, que nos deje sosiego y mucha Paz.
Les deseo todo bien, y esa BENDICIÓN que viene del Dios que NOS AMA INCONDICIONALMENTE.
Sean muy felices. Bendiciones y feliz día de los Reyes Magos de Oriente. Con afecto, Ángel. R.M.