(ANS – Nairobi) – Comenzó ayer, 25 de noviembre, la visita apostólica del Papa en Kenia, Uganda y República Centroafricana. Ya con sus primeros discursos el Santo Padre pretende hacer hincapié en la importancia del diálogo ecuménico e interreligioso, en un momento en que en nombre de la religión se hacen bárbaros atentados.
El Papa aterrizó ayer por la tarde en el aeropuerto «Jomo Kenyatta» de Nairobi, el Pontífice hizo una visita de cortesía al Presidente de la República y al final de la tarde mantuvo un diálogo con las autoridades de Kenia y el Cuerpo Diplomático.
Esta mañana estuvo en el Salón de la Nunciatura Apostólica de Nairobi para un encuentro interreligioso y ecuménico. «El diálogo ecuménico e interreligioso no es un lujo. No es algo adicional u opcional, sino que es esencial, es algo de lo que nuestro mundo herido por los conflictos y la división, cada vez tiene más necesidad», comentó el Papa.
El Papa también nombró específicamente tres «ataques bárbaros» del fundamentalismo religioso que han marcado la historia reciente de Kenia, en el Westgate Mall, en el University College de Garissa y en Mandera. «Creo aquí en la importancia de nuestra convicción común según la cual el Dios a quien buscamos servir es un Dios de paz. Su santo nombre nunca debe ser utilizado para justificar el odio y la violencia», añadió al respecto.
Al final de la mañana, durante la misa presidida en el campus de la Universidad de Nairobi, el Papa invitó a las miles de personas presentes – no obstante la lluvia – a defender la vida y la familia «de la arrogancia» que hiere la dignidad humana.
«Las familias cristianas tienen esta misión especial: irradiar el amor de Dios y verter el agua de su Espíritu vivificante. Esto es particularmente importante hoy, porque asistimos a la avanzada de nuevos desiertos, creados por una cultura del egoísmo, el materialismo y la indiferencia de los demás», dijo. «Los grandes valores de la tradición africana, la sabiduría y la verdad de la Palabra de Dios y el generoso idealismo de su juventud, les guíen en la tarea de formar una sociedad cada vez más justa, inclusiva y respetuosa de la dignidad humana».
El Papa concluyó su homilía con una expresión en el idioma local: «¡Mungu abariki Kenia!» (Dios bendiga a Kenia).