(ANS – Roma) – La tarde del miércoles 16 de agosto de 1815, durante la octava de la fiesta de la Asunción, nace el segundo hijo de Francisco Bosco y Margarita Occhiena. El niño fue bautizado el día siguiente en la Iglesia Parroquial de Castelnuovo d’Asti, por el sacerdote Giuseppe Festa, el niño fue llamado Juan Melchor.
Aquella semilla de vida y de fe que nació en una colina de Monferrato, creció y se convirtió en un árbol frondoso, un bosque que ha extendido sus ramas por todas las regiones de la tierra dando esperanza y alegría a tantos niños, jóvenes, gente del pueblo.
Aquel 16 de agosto se inicia una bellísima historia, una magnifica aventura a través de la práctica del sistema preventivo, un terreno impregnado de razón, religión y amor, que ha logrado abrir nuevos horizontes en la vida de tantas personas, ofreciendo la oportunidad, de pan, trabajo y paraíso.
En estos años de preparación al Bicentenario del nacimiento de Don Bosco la Familia Salesiana y así como el entorno eclesial y civil han evocado las raíces de esta Historia, de este modelo educativo, de este estilo original de vivir el Evangelio y con inteligencia se han empeñado en traducir a nuestro tiempo el carisma que nació con Don Bosco.
Inicia un año jubilar, un año de alegría para dar gracias por Don Bosco, pero también para redescubrir la verdadera alegría que nace de la fatiga, del empeño, de la laboriosidad propria del campesino que con el sudor de su frente trabaja la tierra, la cuida para que dé fruto y lo dé con abundancia.
En estos años nbso online casino reviews Don Bosco, la urna que contenía su reliquia, ha recorrido los caminos del mundo llevando su bendición y suscitando gran entusiasmo, conmoción y tantas iniciativas de bien, repitiendo su gran mensaje llamandonos a creer en los jóvenes, a tener fe en ellos.
El inicio del Bicentenario es una gran oportunidad y un desafío para vivir con pasión educativa y apostólica nuestra presencia entre las jóvenes y los jóvenes, reconociendo en sus vidas los frutos de la acción del Espíritu, condividiendo con ellos sus problemas y sufrimientos he invocando para ellos la luz de la fuerza de su presencia. Las necesidades de los jóvenes de todos los tiempos continúan a ser las mismas: saberse escuchados, acompañados, saber que el adulto está dispuesto a caminar con ellos las sendas de la vida.
En este clima de fiesta y con júbilo la familia salesiana canta “ Don Bosco retorna entre los jóvenes”, y sienten el eco de sus palabras: “Quiero retornar a través de cada uno de ustedes, en sus pensamientos, en sus manos, en su corazones”.